domingo, 6 de diciembre de 2009

Recogiendo el desván...


Se despertó aturdida, entre sueños y realidades, sin dirimir entre ellos.

Se frotó los ojos, y en un vaivén mañanero fue al baño, se lavó la cara, se miró al espejo...

- ¡Dios! la noche ha hecho mella, sí... - Pensó para sí misma.

Los mareos iban y venían, la resaca era mortal.

No podía recordar muy bien cada uno de sus pasos, sólo el final, el ring, la pelea, tu cama...

Su cuerpo rendido permanecía en la lona, ella, agazapada al otro lado.

La imagen se desvanecía, desaparecía, quería recordarla siempre, pero no pudo...

Observarle, como dormido, para recordarle cuando estuviera despierta.

Todo se borraba de su mente, la realidad ganaba terreno y el dolor se dejaba ver.

Las ojeras de añoranzas, de recuerdos, de tu ausencia, cada vez más moradas.

La resaca... de sentimientos, de besos, de caricias de aquella noche, de, nunca desaparece.


Ahora, vive en un constante estado con 20º grados de alcohol, para nunca tener resaca, resaca de tí.
Ahora, se maquilla a diario para hacer desaparecer las ojeras.
Ahora, ha convertido el ring en una sala de juego, donde ella es la dueña y los demás, simples piezas de un tablero de ajedrez. Ella tiene la estrategía, ella gana, TÚ... tú pierdes.


Pierdes por huir de los sentimientos,
por esconderlos entre otras sábanas y fluídos,
por disfrazarlos de mentiras,
por creerte el dueño de ella, tu muñeca, por jugar con su corazón,
por comértelo y tirar de la cadena sin ni siquiera inmutarte.

La resaca le dio fuerzas, hoy ha tocado limpieza a fondo (sí, Delgadito, la misma que deberías hacer tú).
Ha quitado el polvo de la soledad, movido cada mueble para espantar bien los fantasmas del pasado.
Se ha llevado toda la ropa a la lavandería, ha eliminado tu olor, ahora están neutras, libres de noches de lujuria, y arrepentimientos nocturnos.
La silla vacía, y los cajones sin recuerdos plasmados en papel.
Las cenizas del amor se fueron a la basura, ya no están en la papelera.
Ya no es su presa, ni él su juez.
Llovía, el agua por la ventana escurría. El vaho ya formado en la capa interna ya no reflejaba nada escrito... solo garabatos.

Ella sonríe, lleva la bolsa al cubo, y da al detonador.
Todo vuela en pedazos, todo queda atrás, en el fondo, bien hondo y sin llave, para que nunca más vuelvan a molestarla.
Su vida se compone de imágenes, momentos congelados en el tiempo, para siempre, de decisiones que sin remedio, cambian el rumbo de las cosas.
Que ahora viene el viento de otro lado, déjame el timón.

2 comentarios:

  1. Ayyyy!!! que susto!!!! estaba leyendote super metido en el texto y zasss yoooo!!! gracias por incluirme princesa tienes razón, si vivo con la balleta en una mano y la bolsa de basura en la otra, solo necesito un aliciente para empezar...
    Magnifica la entrada S.preciosa...

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  2. Y es que ella se ha dejado de sueños, ha cogido el toro por los cuernos y pase lo que pase, eso da una fuerza inmensa :)

    Un besote!!!

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