domingo, 20 de diciembre de 2009

Pequeñas dósis...

Tumbada en el sofá, perdida en la inmensidad de la estupidez televisiva,

con cada bocanada de aire el humo le golpea los pulmones que ya se vuelven turbios, como su viejo corazón.

Dicen que lo tiene que dejar, que se está quedando "tonta", pero se siente viva.

Cada calada es una descarga del peta que tiene por desfibrilador.

Mira a su alrededor, nadie, se pierde en las llamas de la chimenea...

Aspira, se eleva, y vuela como un globo.

Luego apareció ella, le devolvía la locura y cordura al mismo tiempo.

Restaba vida a ese corazón shockado a la vez que le daba inmensas descargadas de adrenalina.


Estaba nublado, uno de esos grises en los que nadie quiere salir, ella decidió irse, para siempre.

4 comentarios:

  1. Hay quien se siente vivo con cualquier hobby, ya sea fumando, esnifando, o haciendo deporte. Mientras asumas qué vas a conseguir con cada estilo de vida, me parece adecuado que se viva de tal modo.

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  2. Sentirse vivo es simplemente dejar de pensar en las desgracias particulares para percibir levemente las desgracias generales.

    Si eso se consigue construyendo castillos de de naipes o metiendote una raya es irrelevante.

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  3. Hay algo sutil en tus letras.

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