martes, 1 de diciembre de 2009

Sueños...


Cogió sus cosas y sin decir nada se dio la vuelta.
Arrastrando las cadenas de su personalidad que la acompaña, maldita, desde la infancia...
Están los que quitaban los rotuladores, a ella, se los quitaban.
Igual que hoy la quitaron la dignidad, la alegría, viveza... todo a la mierda.
Saco en el que todo el mundo mete la mano, roto, ya vació y sin aguja para poder remendarse.
Murió la inocencia, en el cuerpo a cuerpo contra la hipocresía y la maldad. Los golpes fueron letales, sangre, sangre... K.O.

Ya no tenía en que creer, lo siento, tenía que irme.
Ahora de lejos te añoro, te necesito... esa sonrisa que me daba la vida, pero no puedo volver.
Echo de menos los cuentos que nos creíamos juntas, cuando eras niña... ahora, la flor fue desvirgada y los cuentos se han convertido en historias, historias de cada día que nunca tienen un final feliz.

Tirada en la cama, a un lado ella, al otro su Minnie, su confidente, su cajita de sueños, SIN ABRIR.
Se abraza a ella, no encuentra tu calor... la almohada empapada ya no quiere consultar nada con ella...
Se levanta, llora, resignada en un rincón, aparta la mirada y se deja llevar, huye, a sueños, lejos de la realidad. Ya no es tu muñeca de trapo, ya no... ahora las cuerdas las maneja ella y el mundo entero una estúpida marioneta a su merced.
Es una princesa, pero no una princesa ñoña o llorona, NO, sino una valiente, de esas que no teme saltar, de las que nadie recomienda como diría Pereza.
Se arma de valor, se planta enfrente y le da una patada al mundo.

1 comentario:

  1. Ayyy...escribes muy lindo...lo malo es el dolor que se lee...menos mal que el final es un grito de rabia, de esperaza...
    Precioso.
    Un besito.

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